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De la jornada ‘Balance de la aplicación del RD 56/2016 en las CCAA. Calidad y nuevas tecnologías para acelerar la transición energética’, organizada por A3e en el marco de la

Feria GENERA, se extraen valiosas conclusiones que las grandes empresas deberían considerar a la hora de renovar sus auditorías energéticas este año.

Representantes del servicio de Energía en la Junta de Andalucía, del Ente Regional de la Energía de Castilla y León (EREN) y del Clúster de l’Energía Eficient de Catalunya (CEEC) hicieron balance del cumplimiento -en sus respectivas comunidades autónomas- del Real Decreto 56/2016, que exige a las grandes empresas a realizar una auditoria energética y renovarla cada 4 años, o bien implantar un Sistema de Gestión de la Energía.

Algunos puntos en común citados por los representantes de las tres comunidades autónomas son los siguientes:

  1. Auditorías incompletas o con errores

Las tres entidades regionales encargadas de recoger los informes de auditorías de las grandes empresas coincidieron en señalar que en 2016 se recibieron muchas auditorías incompletas.

También muchas contenían errores. Más allá de fallos “burocráticos” como recibir una comunicación que no esté firmada por el representante de la empresa auditada, los principales errores identificados son:

  • No se presentaban los datos energéticos disgregados por instalaciones
  • Los datos energéticos mostraban incongruencias o no coincidían los datos de comunicación y los del informe.

Tanto las auditorías incompletas como las auditorías mal hechas pueden deberse a dos motivos:

Que las empresas encontraron confusos/farragosos los procedimientos y herramientas de reporte de los informes de las auditorías.

Para solventar esta barrera de cara a este año, las comunidades autónomas están poniendo en marcha nuevas herramientas online más intuitivas. Es el caso de Castilla y León, que acaba de anunciar que ya está disponible una aplicación web llamada AUDE para que las empresas efectúen las comunicaciones de auditorías energéticas realizadas en sus instalaciones. Ya está disponible en la sede electrónica de la Junta de Castilla y León.

  • Que las empresas no se hayan preocupado todo lo que deberían por la calidad de las auditorías, por considerarlas un mero trámite burocrático en el que prima el ahorro de costes frente a la mejora real de su eficiencia energética.
  1. Pocos Sistemas de Gestión de la Energía implementados

Según manifestaron los representantes de las Comunidades Autónomas, la mayoría de las empresas prefirieron hacer una auditoría energética y no implantar un Sistema de Gestión de la Energía.

Además del factor precio, para entender bien los motivos hay que tener claras las diferencias entre un Sistema de Gestión de la Energía y una Auditoría Energética. Lo contábamos en este post.

Una de las diferencias importantes entre ambas opciones es el tiempo de ejecución, siendo de unas semanas para la realización de una auditoría energética (dependiendo de la complejidad de la misma), a diferencia con lo requerido para la implantación de un sistema, que es de al menos unos 4 meses.

En este sentido, hay que considerar que cualquier organización podría diseñar e implementar un Sistema de Gestión de la Energía de acuerdo a la Norma ISO 50001 en el plazo de 6 meses, por lo que en estos momentos estaría a tiempo de plantearse poner en marcha un Sistema para cumplir con el Real Decreto por esta vía.

  1. Inspecciones y sanciones

El incumplimiento de la obligatoriedad establecida por el RD 56/2016 puede conllevar multas que van desde los 60.000 euros por no realizarla, hasta los 10.000 euros por realizarla de forma incorrecta o de 1.000 euros si no se comunica la realización de la auditoría a los organismos competentes.

En estos últimos cuatro años, las comunidades autónomas se han ido dotando de recursos para cumplir con el mandato del RD de revisión, inspección y sanción ante los incumplimientos:

  • Han diseñado bases de datos más precisas para identificar las empresas obligadas en cada comunidad.
  • Han diseñado procedimientos de verificación de las auditorías energéticas presentadas, como actuaciones auxiliares al sistema de inspecciones.

El EREN presentó en GENERA el protocolo de verificación de auditorías energéticas, que ha pulido en estos años revisando una muestra de 80 empresas y 1.533 instalaciones. El protocolo se desagrega en 300 puntos de control documental de los informes de auditoría, así como un check list de 320 puntos de control in situ. Está basado en la norma UNE 16247 de Auditorías energéticas, y se estructura en 6 items a validar: que el proceso de auditoría energética ha sido 1) Adecuado, 2) Completo, 3) Representativo, 4) Trazable, 5) Útil, y 6) Verificable. En caso de que 3 o más ítems se valoren como “no conformes”, se solicita a la empresa la revisión del informe de auditoría energética, lo que en última instancia puede conllevar una sanción.


Si eres gran empresa e hiciste la auditoría energética en 2016, este año te toca renovarla. Conoce las novedades en el cumplimiento del Real Decreto de auditorías energéticas en el webinar que hemos organizado para el 27 de febrero. Apúntate aquí.

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