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En la actualidad, la gestión de la energía es un reto en las empresas que tienen múltiples instalaciones. Controlar que la energía se consuma de manera adecuada es cada vez más una preocupación en este tipo de organizaciones, y más cuando los precios de la energía son elevados.

Para solventar dicha situación, en los últimos años han aparecido multitud de herramientas y plataformas para medir los consumos de energía en dichas instalaciones, tanto para medir en cabecera, como para medir los sistemas “aguas abajo” del contador. Se puede medir todos, o casi todos, los consumos energéticos de una tienda, una sucursal bancaria o una clínica dental. Sin embargo, la medición no es barata. Además del coste de implantación de los equipos, los costes mensuales relativos al mantenimiento y a la comunicación de dicha infraestructura de medición, es necesario disponer del recurso humano técnico que analice las mediciones y curvas de consumo que genera dicha infraestructura de medición desplegada.

De dicho análisis, el gestor energético deberá definir qué medidas de ahorro energético son las más interesantes para llevar a cabo.

En Creara nos hemos encontrado muchos casos en los que el usuario ha instalado muchos equipos de medición con un esfuerzo económico importante pero luego no da uso a la herramienta y no es capaz de detectar las medidas de ahorro que pueden aplicarse en la instalación. En consecuencia, el retorno de la inversión es dudoso.

En este tipo de casos de organizaciones multipunto sin instalaciones complejas -sector comercial, franquicias, financiero, supermercados…-, donde los consumos por instalación no son muy grandes, es mejor desarrollar sistemas de gestión centralizados. De esta manera se evita el paso de medir para actuar y se pasa a actuar directamente. Por supuesto, otra opción será buscar soluciones de telemedida con costes muy reducidos, pero de nuevo no actuaremos, sino que necesitaremos luego interpretar esas lecturas para detectar medidas de ahorro.

Los principales sistemas donde actuar serán la iluminación con sistemas de encendido y apagado programado y centralizado; la climatización, regulando la temperatura consigna y el encendido y apagado de máquinas; y quizá la línea de fuerza para otros sistemas específicos. Evidentemente, será necesario que tanto los equipos de estos sistemas, como la instalación eléctrica, cumplan los requisitos necesarios para poder telegestionar a distancia y actuar sobre dichos equipos.

Las ventajas más evidentes de este tipo de sistemas son:

a) llegar directamente al ahorro derivado de apagar climatizadoras encendidas fuera de horas de uso de la instalación;
b) regular las temperaturas con el consiguiente aumento del confort;
c) homogeneizar los criterios de operación de las instalaciones;
d) evitar el coste de analizar la curva de los equipos de medida.

En definitiva, para instalaciones multipunto que no presenten una gran complejidad, pero donde la gestión energética es un reto, es preferible actuar directamente en lugar de medir para posteriormente actuar. Cada organización tiene sus propias necesidades, pero analizar bien qué es necesario antes de instalar equipos de medida de manera masiva es imprescindible para no gastar dinero sin un retorno seguro.

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