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Chile destaca a nivel mundial por su actividad minera, especialmente en la extracción de cobre. Esta actividad, sin embargo, supone un importante gasto energético y ciertos riesgos para la salud de las personas en la realización de las faenas en espacios confinados.

Historia de la iluminación en espacios confinados

Los espacios confinados son lugares cerrados, con una atmósfera deficiente en oxígeno y con presencia de algunos contaminantes inflamables donde, además, la iluminación es muy reducida.

Desde los inicios de la historia de la minería se ha trabajado en buscar la iluminación adecuada debido a estas características de los espacios confinados. Una de las mayores razones de accidentes en la minería era por explosión debido a la presencia de gases inflamables, junto con la iluminación más rudimentaria empleada entonces como velas o lámparas de aceite. Eso hacía que las muertes por explosión en las minas fueran muy frecuentes.

Desde entonces la iluminación en la minería ha ido evolucionando lenta y progresivamente. La iluminación en la minería ha sufrido muchos cambios hasta cumplir con los criterios de seguridad junto con los de cantidad y calidad de iluminación requeridos en los espacios confinados de las minas. Desde principios del siglo XIX han sido muchos los fracasos de la tecnología, pasando por filamentos de platino que no ofrecían iluminación durante tiempo suficiente, lámparas incandescentes con filamentos de celulosa y, ya en el siglo XX, con el gran avance de las lámparas incandescentes con filamento de wolframio. El problema de este tipo de lámparas era su corta vida y el elevado consumo de energía.

Uso de los LED en la minería

Gracias al desarrollo de los diodos emisores de luz (Light-Emi-tting Diodes o LEDs, por sus siglas en inglés), entre los años 1980 y 1990, especialmente a los LEDs de luz blanca, se ha podido utilizar lámparas cada vez más pequeñas, con un peso muy reducido, lo que facilita las tareas en el interior. Además, en el mercado existen diversos productos para lugares de paso y condiciones peligrosas como pueden ser los túneles, áreas de trabajo pesado y yacimientos mineros.

Las soluciones de la iluminación LED en el sector minero han evolucionado ofreciendo las siguientes mejoras:

  • uniformidad y calidad de la luz, ofreciendo diferentes sistemas de distribución fotométrica
  • durabilidad del sistema de iluminación
  • resistencia a vibraciones y a temperaturas de trabajo de hasta 50ºC
  • seguridad frente a explosiones derivada de la temperatura de la superficie de la lente

Todas estas mejoras han creado un ambiente más cómodo y seguro para la realización de las faenas mineras. Además, el hecho de poder emitir luz blanca mejora la visibilidad y el confort lumínico.

Asimismo, el aumento de la vida útil de las lámparas -superior a 50.000 horas- ha supuesto una mejora en la productividad y las condiciones laborales en las minas puesto que ha reducido las horas de trabajo y los costos económicos que venían ligados a la mantención y recambio de las lámparas.

Tecnología LED: referente en ahorro energético

Además de todas estas ventajas de la tecnología LED en el ambiente minero frente a otros sistemas de iluminación, hay que considerar el ahorro energético.

Para 2020 Chile se ha comprometido a reducir su consumo energético en iluminación un 34%, lo que se traduce en un ahorro económico de 486 millones de dólares y 1,2 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

En ese sentido la tecnología LED es una alternativa innovadora y sumamente eficiente, pudiendo generar ahorros de energía hasta el 90% respecto a tecnologías tradicionales.

Si quieres saber más sobre ahorro energético en el sector minero puedes leer este post.

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