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La venta de vehículos eléctricos en España ha sufrido un crecimiento significativo en los últimos meses, tendencia que se espera que aumente a corto-medio plazo. Por ello, a la hora de comprar un coche eléctrico, es fundamental tener en cuenta uno de sus puntos críticos: la carga.

Actualmente se consideran tres tipos de recarga del coche eléctrico, diferenciadas entre sí por:

  • La potencia e intensidad demandada y, por consiguiente, el tiempo de recarga que proporcionan.
  • La cantidad de información que intercambia con el vehículo.
  • El conector físico que utilice el vehículo.

A continuación, se muestran los cinco tipos de carga en función de los tres aspectos comentados (el cálculo del tiempo de carga se realiza en base a la capacidad media del coche eléctrico más habitual en el mercado, 30 kWh):

Cinco tipos de carga del coche eléctrico

Carga lenta o doméstica

La aplicación general de este tipo de carga es en el ámbito doméstico, por lo que generalmente se utiliza una toma SAVE (Sistema de Alimentación del Vehículo Eléctrico) que permite cargar el coche eléctrico en monofásica a 230V y con una intensidad de 16A. En este caso, la potencia demandada por el vehículo es de 3,7 kW, por lo que el tiempo de carga del vehículo es de 8 horas. Este modo de carga equivale al tipo de carga 3.

En caso de no utilizar una toma SAVE, es posible cargar el vehículo a través de una toma Schuko. Dado que la carga lenta tiene una duración media de 8 horas, cargar el vehículo en una vivienda mediante una toma que no sea dedicada para el vehículo eléctrico, puede causar sobrecalentamientos del circuito. Para ello, los fabricantes suministran un cable con el que conectarse a la toma Schuko que incorpora una caja de control con las protecciones necesarias que limitan la intensidad a 10 A. En este caso, como la intensidad del circuito es menor, el tiempo de carga del vehículo es algo mayor. Este modo de carga equivale al tipo de carga 2.

La carga lenta se realiza siempre con corriente alterna, y suele utilizarse en el ámbito doméstico, en zonas de trabajo y lugares donde vayas a permanecer durante un periodo de tiempo elevado.

Carga semi rápida

Este tipo de carga utiliza una toma SAVE y puede trabajar con corriente alterna tanto monofásica como trifásica. En el caso de corriente monofásica a 230V y 32A, la potencia demandada por el vehículo es de 7,4 kW, por lo que el tiempo necesario para cargar el vehículo completamente sería de unas 4 horas. Este tipo permite realizar una carga de forma más rápida que con la carga lenta sin necesidad de una instalación trifásica.

En cuanto a la carga semi-rápida con corriente trifásica, las intensidades habituales son de 16 A a 400 V (demandando una potencia de 11 kW) y de 32 A a 400 V (con una potencia demandada por el vehículo de 22 kW). En el caso de los 16 A, el tiempo de carga sería de aproximadamente 3 horas. Si la corriente utilizada es de 32 A, el tiempo de carga se reduciría a menos de una hora y media. Aunque los tiempos de carga son menores utilizando corriente trifásica en lugar de monofásica, la inversión asociada a la instalación es mayor.
En la carga semi-rápida, el grado de comunicación con la red es elevado. Además, dispone de un sistema de alimentación específico para el vehículo que integra el CP (control pilot) y el PP (proximity plug) para verificar la correcta conexión del vehículo al punto de carga.

Este modo de carga equivale al tipo de carga 3 y se utiliza generalmente en supermercados, oficinas, empresas de flotas de vehículo o que utilizan vehículos de empresa para su desplazamiento, parkings, centros comerciales…

Carga rápida

Este tipo de carga utiliza corriente continua y debe disponer de un conector ChaDeMo o CSS Combo. En la carga rápida es posible trabajar con corriente hasta 400 A. Por lo general, la carga rápida demanda 50 kW, permitiendo una carga en algo más de  media hora.

Carga super rápida

Este tipo de carga demanda el doble de potencia que la carga rápida, lo que supone una importante reducción de tiempo de carga. En la actualidad lo utilizan vehículos como los Tesla.

Carga ultra rápida

Más que una realidad, este tipo de carga se encuentra aún en fase experimental. Este tipo de carga está pensada para coches eléctricos con acumuladores del tipo supercondensadores, como puede ser el caso de algunos autobuses eléctricos. La potencia de carga se eleva hasta 130-150 kW.

Por último, es clave destacar la importancia del OCPP (Open Charge Point Protocol). El OCPP es un protocolo que permite adaptar cualquier software a las características específicas de un punto de carga. El hecho de que todas las estaciones se comuniquen mediante este protocolo permite que los diferentes proveedores de softwares desarrollen su plataforma con este lenguaje. Permite que cualquier estación de carga de coche eléctrico y los sistemas centrales de gestión de distintos proveedores se comuniquen entre ellos.


Si quieres saber más sobre los tipos y velocidades de recarga y las variables a tener en cuenta, puedes registarte al webinar gratuito del día 28 de noviembre, aquí.

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