La presión para abaratar el coste creciente de la energía, la necesidad de limitar las emisiones de efecto invernadero y el desarrollo de herramientas digitales para la gestión del gasto energético son los principales motores de la actual revolución energética.
Para hacernos una idea del impacto que puede tener esta revolución basta el siguiente ejemplo. Un informe reciente de Deloitte estimaba que, para cumplir los compromisos de la COP21 en 2050, deben producirse en España algunos cambios que afectarán al día a día de las personas y de las empresas, entre ellos:
- el 100% de los coches deben ser eléctricos
- el 100% de la generación eléctrica debe ser renovable
- aumento significativo de la eficiencia energética en todos los edificios y procesos industriales.
La empresa española va adaptándose a estos cambios y adoptando una mayor profesionalización de la gestión de la energía que consume. Cada vez es más frecuente que las empresas compren su energía a precios indexados al precio del mercado mayorista de electricidad, que auditen sus consumos para detectar oportunidades de ahorro o que cuenten con herramientas de monitorización y gestión de su gasto en energía.
En este sentido, el Informe del Observatorio de Eficiencia Energética -que recoge respuestas de grandes empresas en España- concluye que el 77% de las grandes empresas han realizado auditorías energéticas en sus instalaciones y que los ahorros previstos están por encima del 10% en la mitad de los casos reportados.
Gestión profesional del gasto energético
Es preciso cumplir con al menos estos requisitos para gestionar con éxito y de modo profesional el gasto de energía de una empresa:
- Tener conocimientos actualizados y experiencia suficiente sobre el funcionamiento de los mercados de energía (mercado diario, mercados de futuros, OTC), conocimientos técnicos (de equipos consumidores de energía, de infraestructura de red) y de análisis financiero (cálculo de rentabilidades y de financiación).
- Contar con herramientas informáticas específicas, para monitorizar y analizar una gran cantidad de información técnica.
- Independencia en la gestión para ser imparcial a la hora de emitir recomendaciones de compra o inversión.
- Que el coste de la gestión se ajuste a la realidad del gasto de la organización.
En este sentido la externalización del servicio suele generar una situación de win-win entre cliente y proveedor, ya que ambos intereses se alinean. La empresa se centra en sus procesos de venta y producción, y el gestor energético se centra en lo que mejor sabe hacer: disminuir el gasto al cliente. Zapatero a tus zapatos.