Uno de los motores principales de la economía mexicana es el sector industrial. Este sector es, además, el segundo mayor consumidor de energía, representando un 31,4% del consumo total nacional en 2015, según SENER. Entre las ramas industriales con mayor intensidad energética se encuentran las dedicadas a la elaboración de azúcar, la manufactura de vidrio, la producción de cemento y la fabricación de hierro y acero.
Aplicar medidas de eficiencia energética en estas actividades permitiría reducir los consumos energéticos. Se calcula que las medidas de eficiencia energética pueden suponer un potencial de ahorro entre el 9 y el 12%, y entre un 17 y un 19% para las industrias de menor intensidad. Es por ello que la eficiencia energética es una herramienta clave en la transición energética del país.
Teniendo claras las ventajas económicas y ambientales de la eficiencia energética, empresas e industrias mexicanas encuentran aún barreras a la hora de aplicar políticas de promoción de la eficiencia energética. El estudio «La propuesta de instrumentos para facilitar medidas de eficiencia energética en el sector industrial de México»publicado por el Gobierno de México con la participación de CONUEE, IEA, CEPAL, OLADE y GIZ, identifica y clasifica estas barreras. En este post recogemos las barreras económicas, regulatorias, técnicas, informativas y organizaciones que consideramos más relevantes.
Barreras a la implementación de medidas de eficiencia energética
Barreras económicas, financieras y de mercado
Una de las mayores barreras para muchas organizaciones son los elevados costos de inversión y la falta de acceso a la financiación para la compra de equipos eficientes. También la ausencia de proyectos piloto o casos de éxito donde se haya demostrado la viabilidad de dichas acciones y la falta de confianza aún en las empresas de servicios energéticos (ESCOs).
Al hilo de este enfoque, puede resultar interesante considerar las distintas opciones para la financiación de proyectos de eficiencia energética existentes en Latinoamérica.
Barreras regulatorias y de política pública
Además de la ausencia de políticas públicas para la implementación de medidas de eficiencia energética orientadas a las necesidades del sector industrial, existe bastante complejidad administrativa a la hora de solicitar incentivos o financiación.
Asimismo, la regulación del sector energético tiene problemas de coordinación e inconsistencia entre las normas aplicables.
Barreras de investigación, desarrollo e innovación
La I+D en eficiencia energética es limitada. Tampoco existen incentivos para la promoción de I+D en la industria. Pero además, es necesaria una mejor articulación y colaboración entre las distintas áreas responsables e instituciones de investigación y desarrollo con los sectores involucrados.
Barreras informativas
Las empresas beneficiarias de las posibles medidas desconocen los programas de promoción e incentivos, los beneficios que se pueden obtener mediante dichas acciones, así como de las estrategias (SGE) y tecnologías existentes para la mejora de la eficiencia energética de las instalaciones.
Por otro lado, no se han realizado auditorías energéticas en las instalaciones para determinar los consumos energéticos y sus posibles potenciales de ahorro.
Barreras organizacionales y culturales
La eficiencia energética no es considerada como una fuente de energía y no existe una sensibilización del uso eficiente de los recursos. A esto se une la escasa participación de la alta dirección de las empresas en la adopción de medidas de eficiencia energética.
Barreras de capacidad técnica
Las PYMES tienen una capacidad técnica y de personal especializado reducida para la implementación de medidas de eficiencia energética
Se percibe un alto riesgo por el desconocimiento técnico de los ahorros de energía y de los Sistemas de Gestión de la Energía.
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