Para mejorar la productividad de una planta y preservar su competitividad se utilizan, cada vez más, los Key Performance Indicators o KPIs. Extraídos de métodos estratégicos tales como el Kaizen y el Six Sigma, estos indicadores permiten evaluar, analizar y dar seguimiento a los procesos de producción de una planta, cuando son comparados periódicamente con unas metas predefinidas para validar o no el cumplimento de los objetivos. En el campo de la gestión energética, a los KPIs se les conoce como Indicadores de Desempeño Energético (IDE).
Se diferencian fundamentalmente dos tipos de IDEs:
- Los IDEs “productivos”, vinculados directamente a la producción y al desempeño de los equipos operativos.
Estos IDEs están destinados a los responsables operacionales. A través de ellos se mide, por ejemplo, el rendimiento de un sistema de frío o el consumo energético relativo a la producción de aire comprimido, respecto a las toneladas producidas. - Los IDEs “globales”, vinculados a las temáticas más estratégicas de la empresa y a menudo al desempeño económico de la planta.
Los IDES “globales” están destinados a la gerencia y pueden influir en la toma de decisiones a nivel corporativo. Se usan , por ejemplo, para medir el consumo energético por unidad de empleado en un edificio o el costo energético por volumen de negocio.
La buena elección de los indicadores es una tarea tan vital como escabrosa, pero su dificultad puede ser superada siguiendo estos 5 pasos claves:
Paso 1: Identificar los usos significativos de la planta
Para identificar indicadores que puedan caracterizar el desempeño energético de una planta, se tienen que seleccionar los consumos energéticos que tengan un papel relevante en el desempeño global de la misma. Dichos consumos pueden referirse a un proceso, un área de producción, un equipo horizontal, entre otros. La selección de estos usos significativos se suele hacer considerando “el principio del Pareto”,es decir, recurriendo a los usos que tengan mayor consumo energético. No obstante, se pueden valorar otros criterios de selección, como los usos que tienen potenciales de ahorros de energía importantes o los que muestran grandes variaciones de consumos de un periodo a otro.
Paso 2: Comprobar la relación entre el consumo energético y la (o las) variables definidas
Una vez que han sido seleccionados los usos significativos que se requieren medir, habrá que identificar las variables independientes que afectan a este consumo. Para asegurarse de la relación entre el consumo y la variable, habrá que realizar un estudio estadístico, que básicamente se compone de una regresión a una variable o multi-variable. De este modo, un buen ajuste del r2, del CV(RMSE) y del estadístico t son los tres pilares que permiten definir la calidad de la relación entre el consumo y las variables identificadas.
Paso 3: Asegurarse de la disponibilidad de los datos necesarios para realizar el seguimiento
Una vez verificada la validez de los IDEs en el Paso 2, hay que asegurarse de realizar la actualización periódica de los datos. Tanto los datos del consumo especifico como las variables que forman el IDE tienen que poder ser recopilados fácilmente con la frecuencia definida (datos horarios, por turno, diario, mensuales, etc.). Para facilitar la recopilación de estos datos, se recomienda poner en marcha un proceso de extracción automático. La frecuencia de actualización del IDE dependerá tanto del uso que se vaya hacer de éste como de la facilidad de acceso a la información necesaria. Por ejemplo, de poco sirve definir un IDE con una frecuencia horaria si el dato está tomado manualmente por los encargados, pues además de ser un proceso farragoso, los resultados no serían muy precisos.
Paso 4: Identificar un número limitado de Indicadores de Desempeño Energético
La selección de un número limitado de consumos a seguir, y en consecuencia de los IDEs futuros, será más eficiente que un gran número de ellos. El seguimiento de los indicadores no debe suponer un trabajo “extra” a los operarios de la planta, lo que podría provocar el rechazo del sistema de gestión, la ineficiencia del seguimiento o tener un costo en HH más importante que los propios ahorros económicos generados. Por todo ello, en una primera etapa, es aconsejable limitarse a un número acotado de IDEs, poniendo énfasis en los usos energéticos más importantes de la planta.
Paso 5: Vincular los Indicadores de Desempeño Energético con una meta energética
La eficacia de la gestión de la energía en una planta depende tanto del seguimiento periódico de los IDEs, que permite detectar fallas de operaciones, como de la definición y realización de sus metas de eficiencia energética. Se recomienda vincular cada meta energética definida con un IDE, de modo que se pueda validar su cumplimiento, medir su eficiencia y calcular la rentabilidad de las mejoras realizadas.
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