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La industria vitivinícola chilena está pasando por un cada vez mejor periodo productivo. En 2017 se registró un alza de exportaciones de 3,7%, afirmando la cuarta posición mundial en esta categoría.

Nuestra experiencia en auditorías energéticas en el sector nos permite afirmar que, en muchos de los casos, no se lleva un plan de gestión energética acorde con el nivel de producción alcanzado.

Esto por una serie de motivos, entre los que destacamos:

– Desconocimiento del potencial de mejora energética y económica en el área.
– Gastos energéticos que se asumen con cierta “comodidad”.
– Estacionalidad muy marcada, con peaks de consumo energético en el periodo de vendimia.
– No se designan recursos económicos (inversión u horas de trabajo) para mejorar el desempeño energético.
– Se confunde eficiencia energética netamente con instalación de plantas fotovoltaicas.

Ahora bien, ¿existe potencial de mejoras energéticas en el área? Claro que sí. Hemos detectado ahorros energéticos de incluso el 15% anual, lo que beneficia directamente a los costos de operación.

4 Puntos esenciales de la gestión energética

Para lograr lo anterior se han de considerar cuatro puntos esenciales:

1. Es necesario identificar los usos significativos de la energía, para no dar “palos de ciego” a la hora de gestionar la energía en la bodega. La experiencia nos dice que los consumos significativos en el sector están en las salas de enfriamiento de barricas y los equipos de bombeo, que representan en conjunto incluso el 70% del gasto eléctrico anual.
2. Es común que las bodegas cuenten con varios puntos de suministro eléctrico, debido al bombeo en los predios, y sala(s) de producción. Por lo mismo, resultaría interesante realizar un estudio tarifario con el fin de determinar si existen ahorros económicos evaluando la tarifa eléctrica contratada. Comentamos algunas consideraciones para tener en cuenta:

– Dependiendo la potencia conectada, un suministro de tarifa regulada puede negociar el precio de la electricidad consumida directamente con las generadoras o distribuidoras, pasando a ser cliente libre.
– Si se cuenta con tarifa regulada AT3/BT3 en “Presente en Punta”, es posible gestionar la demanda máxima leída en horas punta y recalificar la tarifa para reducir los costos en aproximadamente un 30%.
– En cuanto a los cargos asociados a un mal factor de potencia, hoy existen las tecnologías para ajustar estos parámetros que no hacen más que aumentar los costos casi innecesariamente.

3. Los indicadores de desempeño energético son un buen método para llevar el seguimiento energético de las instalaciones y Planta de Riles. Puede ser un simple cociente de energía y producción (por ejemplo: kWh/m3 producido) o consideraciones más complejas como el monitoreo a través de una línea de base energética.

4. En cuanto al potencial de mejora energética, es bueno ajustarlo a los objetivos energéticos que se ha propuesto la bodega. Para esto no es necesario realizar grandes inversiones. A veces basta con cambiar determinados hábitos de consumo de la energía para conseguir los ahorros esperados. Dentro de las áreas con potencial de mejora creemos relevante destacar:

– Equipos de bombeo: Dimensionamiento y tecnologías.
– Sala de frío: Consideraciones climáticas y dimensionamiento.
– Planta de Riles: Sopladores y monitoreo energético.

En un mercado cada día más competitivo, la eficiencia energética podría resultar un gran aliado a la hora de optimizar las operaciones y producir igual o más a menor costo.

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